Durante esta época de pandemia, ha sido muy común que escuchemos o utilicemos la palabra resiliencia para referirnos a que necesitamos encontrar gratitud en lo que estamos viviendo o verle el lado positivo para poder aprender de esta experiencia. La realidad es que estamos pasando por momentos difíciles, que nos llenan de incertidumbre, miedo, enojo y es válido experimentar un duelo por todas las pérdidas (físicas y emocionales) que hemos tenido en casi 9 meses.
Para los que somos papás, la situación ha sido aún más difícil porque no solo estamos lidiando con nuestras propias emociones, sino que, además, estamos tratando de educar hijos en medio de cambios y situaciones que parecen estar todas en nuestra contra. Justamente es aquí donde entra la resiliencia y la importancia de ayudar a nuestros hijos a desarrollarla.
Resiliencia es la capacidad que tiene el ser humano de recuperarse de situaciones llenas de estrés, adversidad o trauma. Pero no es algo con lo que nacemos, necesitamos aprenderla y ahí es donde entra nuestro papel de papás. Todos quisiéramos evitar que nuestros hijos sufran, pero lo cierto es que se enfrentarán a situaciones difíciles a lo largo de su vida y necesitan tener las herramientas con las que puedan salir adelante.
Algo de lo que sí puedes hacer como papá y mamá todos los días, es ayudar a tu hijo a resolver los problemas que enfrenta. Transmitirle que nadie es perfecto y que los errores son oportunidades que tenemos para aprender y hacerlo diferente la próxima vez. Ayúdale estando a su lado, pero dejando que viva y encuentre por él mismo diferentes formas de solucionar una situación.
Por último ¡se amable contigo y con tu hijo! Todos estamos haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos. Tu hijo no necesita unos papás perfectos, necesita alguien en quien confiar y tener un apoyo en el proceso de ir aprendiendo.